El Manual de supervivencia al amor narcisista te ayudará a entender los puntos necesarios para sobrevivir a este tipo de personas, dado que en mis dos artículos anteriores, sobre estos personajes, han sido bien recibidos, me he comprometido para presentarlo en modo Monólogo y vídeo.

🎤 Stand-up: “Manual de Supervivencia al Amor Narcisista”

Buenos días, buenas tardes o buenas noches, dependiendo del lugar desde donde estés.
Hoy vengo a hablarles del amor… esa cosa rara que empieza con mariposas en el estómago y termina con úlceras.

Miren, dicen que el amor es ciego… ¡y es verdad! Si no, explíquenme cómo Juan, un tipo normal, barba de tres días que en realidad eran doce, coleccionista de camisetas de equipos que siempre pierden, terminó cayendo en las garras de Laura, versión narcisista edición de lujo.

Todo empezó con un clásico: el love bombing.
Ya saben, esos mensajes a todas horas.
7 de la mañana: “Buenos días, sol ☀️”.
12 del día: “Qué haría yo sin ti 💕”.
3 de la mañana: “No puedo dormir pensando en lo increíble que eres 😍”.

¡3 de la mañana! Oye, señora, lo increíble sería que me deje dormir.

Claro, Juan estaba emocionado. Normalmente solo recibía mensajes de su proveedor de telefonía para cobrarle.

Primer acto: El Enganche

Laura era perfecta. Le gustaba el mismo café, la misma serie de Netflix, decía que odiaba el reguetón… ¡mentira! Tenía playlist oculto, más reguetonero que un perreo en Año Nuevo.

Eso se llama reflejo emocional: hacerte creer que eres el alma gemela.
Juan, como pez feliz, mordió el anzuelo.

A las tres semanas ya estaba escuchando frases tipo:
—“Eres el hombre de mi vida, pero… ¿de verdad vas a ir con tus amigos en lugar de estar conmigo? Yo me siento sola…”

¡Pum! Dependencia emocional activada.
Y Juan pensando: “Bueno, mis amigos tampoco me invitan a jugar a la PlayStation… quizá es buena idea quedarme”.

El amor sano no te deja en ruinas emocionales ni financieras 😟 Si hay que pedir turno para ser escuchado o pagar por cariño, eso no es amor 💔 es servicio al cliente con manipulación emocional 😅 #HumorInteligente Compartir en X

Segundo acto: La Montaña Rusa

Un día, novia perfecta: abrazos, risas, pancakes en forma de corazón.
Al otro, frialdad total:
—“No sé… siento que ya no eres tan detallista como antes”.

Y Juan, pobre, corriendo a comprar flores, cenas, hasta karaoke.
Y Juan cantaba… como gato en ayuno.

Pero claro, era gaslighting nivel experto.

—“No, yo nunca te dije que fuéramos a la playa”.
—“Pero aquí está el mensaje”.
—“Estás obsesionado, deberías revisar tu memoria”.

Y Juan terminaba pidiendo perdón.
¡Perdón! Como si él hubiera hackeado su propio WhatsApp.

Tercer acto: El Cajero Automático

Aquí ya la relación era un contrato bancario.

• Él ponía el coche.

• Él pagaba la cena.

• Él prestaba dinero.

Siempre con la promesa: “Solo por esta vez, te juro que te lo devuelvo”.
Sí, claro… y yo soy sobrino de Shakira.

Cuando dudaba, ella sacaba la victimización estratégica:
—“No puedo creer que no quieras ayudarme… después de todo lo que sufro… nadie me entiende como tú”.

Y Juan abría la billetera… como si fuera piñata en cumpleaños.

Cuarto acto: El Aislamiento

Poco a poco:
—“Tus amigos me envidian”.
—“Tu familia nos critica”.

Y Juan… dejó de verlos.
Porque según ella: “Somos tú y yo contra el mundo”.
En realidad: “Eres tú contra la tarjeta de crédito”.

Quinto acto: El Juego del Poder

Ya cuando Juan estaba medio loco, ella tiraba frases como:
—“Siento que eres egoísta”.
Proyección pura, como proyector de cine.

O aparecía con mensajes de su ex:
—“Mira, todavía me busca, pero yo te elijo a ti”.
Traducción: triangulación con drama incluido.

Y cuando se aburría: descarte frío.
Silencio total.
Hasta que volvía con un “te extraño, nadie me hace sentir como tú”.

ATENCIÓN: Ciclo narcisista: idealización → manipulación → explotación → descarte → retorno.
Un Netflix tóxico… sin opción de saltar capítulo.

Intermedio: La pausa irónica

Aquí es donde yo, narrador, tengo que decirles la verdad.
Todo esto es igual que el telemarketing.

Primero: “Señor, sin nosotros no puede vivir”.
Después: le quitan dinero.
Y cuando quieres cancelar… es más difícil que sacarle sonrisa a un funcionario público.

Sexto acto: Manual de supervivencia

Pero tranquilos, no todo está perdido.
Juan aprendió… y aquí les dejo el manual para no ser cajero automático con patas.

Lección 1: Detectar temprano

Si alguien te manda 80 mensajes al día y a los 15 días ya planea boda… no es amor.
Es estafa emocional con garantía limitada.

Lección 2: Reconocer manipulación

Si cada conversación termina con que dudas de tu memoria… ¡no es Alzheimer!
Es gaslighting.
Y la respuesta no es discutir: es guardar pantallazos.

Lección 3: Blindar la autoestima

Tu valor no depende de que alguien te diga “eres suficiente”.
Si alguien necesita que tú seas pequeño para sentirse grande… no busca pareja.
Busca una alfombra roja.

Lección 4: Cuidar recursos

Si piden dinero disfrazado de amor, la respuesta es simple:
—“Perfecto, pero primero firma aquí, con notario presente”.
Les juro, ahí se esfuman más rápido que anuncio de YouTube.

Lección 5: Corte limpio

Cuando Laura volvió con el clásico:
—“He cambiado, eres mi todo”.
Juan contestó:
—“Sí, también cambió el dólar… y no por eso voy a volver a comprar al triple”.
¡Y la bloqueó!

Séptimo acto: La libertad

Después de tanto drama, Juan entendió algo:
El amor sano no debería sentirse como servicio militar obligatorio.

Poner límites no es egoísmo.
Es seguro de vida emocional.

¿Y Laura?
Bueno… seguro encontró otra víctima feliz con los pancakes en forma de corazón.

Epílogo: Mensaje al público

Si alguna vez conoces a alguien que:

• Te hace sentir en montaña rusa sin boleto,

• Te hace dudar de tu cordura,

• Y encima quiere que pagues todo…

¡Corre!

El amor real no necesita GPS.
No te hace perderte de ti mismo.
Y sobre todo:
No te convierte en cajero automático, terapeuta gratis ni Uber de tiempo completo.

Así que ya saben:

• Si es demasiado perfecto al inicio… sospechen.

• Si siempre eres tú el culpable… huyan.

• Si intentan aislarte… conéctate más con tu gente.

• Y si vuelven diciendo “cambié”… recuerda:
  La mayonesa también dice “light”… y nunca adelgazó a nadie.

Moraleja

La moraleja es clara:
El narcisista juega ajedrez con tus emociones.
Pero si aprendes las reglas, no tienes que ser el peón.

Y si todo falla…
Siempre queda la opción sabia: apagar el celular, mudarse de barrio…
y empezar a coleccionar gatos.

Gracias por haber compartido este rato conmigo.

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