Amor, Wi-Fi y otras catástrofes: Las fases de una relación de pareja, es un artículo de opinión. Hablar de relaciones de pareja es meterse en un terreno pantanoso, donde las reglas cambian cada vez que alguien deja los platos sucios o responde con un “ok” seco en WhatsApp. Pero como especialista, por la edad (y en hacerme el dormido para evitar discusiones), puedo asegurar que todas las relaciones, sobre todo, a distancia, siguen una estructura narrativa bastante clara.
Las cinco fases de una relación de pareja
¿Y sabes qué? Se parece mucho a una serie con temporadas intensas, capítulos inolvidables y algún que otro episodio que uno quisiera borrar (como ese viaje en el que discutieron por Google Maps). Aquí te traigo el mapa emocional y narrativo de una relación, desde el primer “hola” hasta ese hipotético reencuentro, lleno de nostalgia, besos con sabor a aeropuerto, y ropa interior vieja que, por fortuna, aún reconocen.
Fase 1: La nube rosa (también conocida como la etapa “¿cómo vivía antes sin ti?”)
Todo empieza con mariposas. Y no las del estómago, sino esas que te hacen decir cosas como “me gusta hasta cómo respira” o “nuestro amor es diferente”. En esta fase, el cerebro funciona como si hubiera sido hackeado por un grupo de adolescentes con exceso de serotonina.
Aquí todo es perfecto:
- Tu pareja estornuda y tú dices: “¡qué tierno!”.
- Se demora dos horas en contestarte y piensas: “seguro está meditando sobre nosotros”.
- Te invita a ver una película de dos horas y tú ni parpadeas, aunque sea un documental mudo sobre piedras volcánicas.
Esta es la introducción gloriosa, el tráiler que te vende la historia como una comedia romántica de Netflix.
Spoiler: luego vienen los créditos… y las cuentas conjuntas.
Fase 2: La convivencia (también conocida como “Netflix, ¿tú también tienes discusiones por tonterías?”)
Aquí ya no hay filtros. La convivencia en pareja es el equivalente a bajarse del crucero de luna de miel para subirse a una lancha con goteras. Las primeras semanas son un ensayo teatral donde ambos fingen ser ordenados, tranquilos y amantes del reciclaje. Pero luego…
Descubres:
- Tu pareja habla con la pantalla cuando ve series.
- La definición de “lavar los platos” varía según el estado emocional del día.
- El baño, ese santuario, es campo de batalla, por los pelos en la ducha y el papel higiénico mal puesto o la pasta dentífrica aplastada.
Esta etapa es un clásico “acto dos” en la narrativa: el conflicto. No porque se odien, sino porque el amor ahora se prueba en pijama, con la cara hinchada, y un “¿de quién es esta media huérfana?” al desayuno.
Y sí, hay ternura. Mucha. Como cuando uno prepara café sin que el otro lo pida, o cuando se disculpan con memes. La convivencia no destruye el amor, lo vuelve realista. Si sobrevives a compartir el armario, mereces una medalla y un fin de semana sin visitas.
Fase 3: La separación geográfica (alias “amor en tiempos de Zoom y audios de 7 minutos”)
Un día llega esa llamada que dice: “me salió un trabajo en otra ciudad”. Y el corazón hace ctrl+alt+suprimir. Empieza entonces la era del amor a distancia, también conocido como “la relación con más pantallas que abrazos”.
Esta fase requiere:
- Buen internet.
- Paciencia.
- Y un calendario sincronizado que no siempre coopera.
Ahora la relación vive entre aeropuertos, stickers románticos y videollamadas en las que uno siempre dice “te escucho entrecortado”. El sexo se vuelve conversación, las peleas se resuelven con emojis, y la expresión “te extraño” aparece más que el “visto” de WhatsApp.
Es una temporada intensa. Como en toda buena historia, aquí se prueba la resistencia de los protagonistas. ¿Sobreviven al tiempo y la distancia o se quedan como amigos que se mandan memes nostálgicos? Suspenso…
Fase 4: El replanteamiento (o: “¿y ahora qué somos?”)
Después de semanas o meses separados, llega el cuestionamiento. ¿Seguimos o soltamos? ¿Vale la pena? ¿Y si todo esto solo fue una etapa bonita con mucho pan y poca perspectiva?
Esta fase es silenciosa, incómoda, y cargada de decisiones. Uno se pregunta cosas como:
- ¿Qué quiero en realidad?
- ¿Estoy feliz o cómodo?
- ¿Podría vivir sin esta persona?
- ¿Qué hago con las 3.000 fotos que tengo de nosotros?
En forma de narrativa, es ese capítulo introspectivo donde el protagonista mira por la ventana y suena música instrumental. O sea, todo se pone raro. Pero necesario. Porque no todo lo que empieza con fuegos artificiales debe terminar con boda. A veces, también, puede haber ghosting, o bastaría con un cierre sincero… o un “volvamos a intentarlo”.
Fase 1: Me gusta hasta cómo respira 💘 Fase 2: Puedes dejar de respirar así mientras comes? y más... 😤 #Relaciones #HumorEnPareja #amor #SarcasmoRomántico Compartir en XFase 5: El reencuentro, o no (alias “final de temporada con lágrimas, humor y un poquito de desodorante vencido”)
¡Ah, el reencuentro! Es obvio que, también, existe la posibilidad de que esto no suceda. Veamos, si esto llega a buen fin, ya sea en una estación de tren, en un aeropuerto repleto, o en la puerta de tu casa con un “hola, traje empanadas”, este momento es oro narrativo.
Se abrazan. Lloran. Se ríen. Huelen raro. Se vuelven a abrazar. El amor se reinicia como una computadora lenta: tarda, pero arranca.
Esta fase no siempre es el “felices para siempre”. A veces es un “felices por ahora” o “vamos viendo”. Pero lo importante es que hay aprendizaje. Madurez. Y un poco de locura compartida que hace que todo valga la pena.
La otra posibilidad, estamos al cincuenta por ciento, es que no exista el reencuentro, también habrá que contemplar que no todas las parejas llegan a buen fin. Hay veces que no son compatibles, se suele decir: «lo que está para ti encontrará la manera de ser«.
Las fases de una relación de pareja, la distancia es relativa
En realidad, esto no da para más, estas fases son pruebas de la estabilidad de las relaciones, tal vez, si todas las parejas hubieran pasado por esto, no habría tanto divorcio. No se puede generalizar, pero si la relación fuera siempre a distancia, comprobaríamos que muchas cosas no están a nuestro alcance, no se puede controlar, seríamos más felices, sin tanto cuento.
Conclusiones
Las fases de una relación de pareja es un ejemplo de como se te puede complicar la vida. Amor, Wi-Fi y otras catástrofes, no completará mi opinión pero dará un pequeño tono de humor a algo tan serio.
El amor no es una historia lineal, es una saga. A veces es comedia, a veces drama, a veces documental de supervivencia. Pero siempre tiene sentido cuando los protagonistas deciden seguir escribiendo juntos, aunque cambien de escenarios, de rutinas o de shampoo.
Si estás en la nube rosa, disfrútala. Si estás conviviendo, respira profundo. Si te separaron los kilómetros, haz Zoom con amor. Y si te reencuentras… no olvides el desodorante y ese abrazo que dice “gracias por seguir aquí”.
Porque en el fondo, todas las relaciones son eso: historias imperfectas, hermosas y humanas. Con besos, errores, tazas de café y un montón de fases que, si se viven con humor, se convierten en recuerdos memorables.
Y si todo falla, siempre quedará el plan B: escribir un libro, un artículo como este, vender la historia a Netflix… o mandarse memes.
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Hola, Ric, jajajajaja, muy bueno. Ya sea a distancia o no, las fases de una relación son así, no hay duda. Te ha quedado muy bien. Perfecto explicado y bueno, ¿qué decirte? Que como tú promulgas en tus artículos: fluye y que el tiempo y el destino se encarguen de llevarte donde sea, al reencuentro o a la nada…
Un abrazo. 🙂
Hola Merche
Estoy fiel a mi etapa de la vida, y, en agosto, contenidos diferentes y frescos para el veranito.
Muchas gracias compañera por pasar, leer y comentar, aprovecho la interacción para contarte algo en primicia, me he puesto manos a la obra con mi primer libro, prometo aportar mi pedacito de verdad al universo o comunidad.
Un abrazo fuerte!