7 tipos de personas chupa energías, todos conocemos a alguien así. No importa si estás en un funeral, en una boda, en una reunión de la ONU o en la cola del supermercado, siempre hay una persona que se esfuerza por colocar su alma, su peinado y su trauma justo en el centro del escenario. Vamos a hablar de ellos: los devoradores de atención, también conocidos como la gente que cree que la Tierra gira a su alrededor porque el universo les paga alquiler.
Narcisistas/chupa energías, segunda parte
Empecé a escribir sobre este tipo de personas y tuve que dividir el artículo en dos, lee antes la primera parte. También, antes de empezar, tengo una aclaración obligatoria: si al leer esto piensas “Uy, conozco a alguien así”, estás a salvo. Si piensas “¡Qué exagerado! La gente solo quiere expresarse”, mi amor, mi rey, siéntate, esto te concierne.
El Sol también se cansa, pero tu amiga la protagonista, jamás
1. La experta en sufrir
Le dices que tienes migraña y ella responde con una sonrisa condescendiente:
—“Ay, eso no es nada, yo una vez tuve una migraña durante un tsunami emocional mientras me dejaba mi novio por Zoom y además estaba ovulando con retroceso lunar.”
Todo lo tuyo es “nada comparado con lo suyo”. ¿Estás feliz? Ella estuvo más feliz en su cumpleaños número 24, cuando un colibrí se posó en su hombro (eso dice). ¿Estás triste? Ella tuvo una depresión más artística, más profunda, más oscura y en blanco y negro. Es como un Netflix de emociones extremas: nunca terminas la serie porque siempre hay una nueva temporada de su vida saliendo cada semana.
2. El/La enterad@ profesional
No importa de qué se hable. Este tipo de persona, siempre sabe más. Estás hablando de plantar tomates, y de repente:
“Yo estuve en un retiro en Cerdeña donde los monjes solo comían lo que cultivaban y aprendí a hablar con las plantas. Literal. Con acento.”
¿Estás mencionando un libro? Ya lo leyó, en inglés, antes de que el autor lo escribiera. ¿Una película? Estuvo en el rodaje como extra espiritual. ¿Tu opinión? Errónea. La suya es más profunda, más documentada, más basada en un artículo que nadie puede encontrar, porque solo él tiene acceso.
¿El trasfondo? Inseguridad con título de erudito. Lo que realmente grita este personaje es: “¡Mírenme! ¡Valídenme! ¡Tomen un curso conmigo, aunque no he terminado ninguno!”
3. La diva del drama de bolsillo
Su vida es una telenovela venezolana mal editada. Cada martes hay un escándalo nuevo. El viernes pasado, el camarero le escribió mal el nombre en el vaso. Este lunes, su perro la ignoró. El martes, Mercurio entró en retrógrado y por eso discutió con su madre.
Todo tiene una dimensión emocional descomunal. Va al supermercado y regresa con una historia donde un cajero la miró con cara de “¿qué haces con esa papaya?”, y eso la hizo reflexionar sobre su lugar en el universo.
A este tipo de persona le encanta que le digas: “¡Nooo, qué horror! ¿Y qué hiciste?” Porque eso alimenta su superpoder: la capacidad de convertir cualquier anécdota irrelevante en un monólogo de 20 minutos con lágrimas opcionales y filtro de Instagram incluido.
4. El/La influencer no oficial
No tiene millones de seguidores, pero se comporta como si fuera una mezcla entre Beyoncé y Gandhi. Todo lo que dice lo acompaña de una pose.
Frases tipo:
—“Es que yo soy muy empática, siento la energía de todos. A veces me canso por eso.”
Claro, querida. Todos sabemos que cargar con tanto ego debe ser extenuante.
Son los que documentan todo. “Hoy comí lentejas.” —con filtro sepia, por supuesto.
“Reflexionando sobre la vida…” —mientras se sacan selfies en el baño del gimnasio.
Si no hay “story”, no pasó. Si nadie le comenta: crisis existencial. Lo único que temen más que la soledad, es el algoritmo de Instagram.
Son una mezcla de coach de vida, gurú de la autenticidad, y modelo sin agencia.
5. El mártir de la oficina
Oh, sí. El compañero de trabajo que sufre más que un peregrino en Semana Santa. Si tú tienes tres tareas, él tiene 18. Si llegas con sueño, él durmió solo dos horas porque estaba «salvando el mundo con Excel«.
Nunca lo verás solo trabajar. Tiene que suspirar. Dramatizar. Quejarse. Hacer pausas y mirar al horizonte con expresión de “nadie entiende mi sacrificio”.
Su frase favorita:
—“Si no fuera por mí, esto se vendría abajo.”
Y uno piensa: Hermano, lo que haces es mandar correos con copia oculta, no estás operando corazones.
6. El iluminado espiritual… pero agresivo
Este es un clásico moderno. Te habla de chakras, pero te juzga más que tu abuela cuando sales despeinado.
Frases tipo:
—“Lo que pasa es que tú no has hecho el trabajo interno. Estás vibrando bajo.”
Y uno piensa: Tú estás vibrando tan alto que me estás dejando sorda.
Necesitan ser el centro, pero disfrazado de humildad. “No es por mí, es por el universo”. Pero si no los escuchas, se ofenden. Si no los sigues en sus prácticas de respiración guiada por ballenas de Sri Lanka, no estás “alineado”.
Ojo: no les contradigas. Te exilian. Porque aunque predican la paz, tienen el ego con esteroides.
7. El cómico involuntario
Este tipo es más inofensivo, pero igual necesita atención. Está en todos los grupos de WhatsApp. Siempre con el sticker, el meme, la frase “graciosa” (con suerte).
Cuando tú cuentas algo serio, él responde con:
—“¿Y el perro cómo quedó?”
Y tú ahí, hablando de tu divorcio.
¿Porqué tanto show?
Sus risas son más fuertes que la conversación. Su necesidad de que todos lo consideren el alma del grupo es tan evidente, que uno termina riéndose… pero más por incomodidad que por gracia.
No sabe hacer silencio. Si no habla, se marchita como orquídea sin humedad.
- ¿Inseguridad? Claro
- ¿Necesidad de validación? Seguro.
- ¿Malicia? No, hay veces que no tiene porque ser de esa manera.
Muchos de estos personajes, tal vez, no saben que están en modo «foco de escenario 24/7». Les aterra no ser vistos. En un mundo donde todos compiten por una mirada, un like o un emoji con ojos de corazón, algunos desarrollan habilidades olímpicas para ser recordados. Aunque sea por ser intensos.
🕯️ Hay quienes no soportan el silencio, porque ahí escuchan su vacío 🌫️ Entonces llenan el aire de risas, de historias, de ruido📣 #ProyectoSocialBytes #CambiaTuVida #PazMental Compartir en X
¿Qué hacer con ellos?
Poner límites sin perder el humor.
Tipo: “Oye, qué historia tan intensa, pero tengo que seguir con la vida real un momento.”No alimentar el monstruo.
Cuando sientas que buscan drama, cambia de canal: “¡Uy! Mira ese pájaro azul…”.Reírte (interno externamente).
Porque si no lo haces, acabarás tú también hablando con plantas solo para sentirte escuchado.
Y tú… ¿eres el protagonista?
Si en algún momento de este artículo sentiste la necesidad de escribir “No todos son así” o “Qué exageración, yo solo me expreso”… quizás te toca mirar al espejo y preguntarte:
¿Me gusta ser el centro… o me aterra no serlo?
Spoiler: todos queremos atención a ratos. Pero si cada escena de la vida te parece que necesita tu voz en off y aplausos grabados… puede que seas tú el sol del sistema solar… de tu cabeza.
Conclusiones
7 tipos de personas que te roban la paz mental está escrito con sarcasmo pero es realidad. La atención no es mala. Lo malo es secuestrarla con discurso largo, pose de mártir y hashtag de autoayuda.
A veces, dejar que otro brille no apaga tu luz. Pero claro… decirle eso a un devorador de atención es como decirle a un gato que no todo es suyo. Va a ignorarte… pero con estilo.
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