Un mes en Rincón de la Victoria, una parada imprevista

Un mes en Rincón de la Victoria supuso una experiencia nueva para mí. ¿Alguna vez has soñado con dejar todo atrás y embarcarte en una aventura sobre ruedas?

Eso fue lo que hice cuando decidí pasar un mes en Rincón de la Victoria, Málaga, en un área de autocaravanas. Este destino, con su encanto costero y vibrante vida local, resultó ser el lugar perfecto para un viaje inolvidable. ¡Prepárate para un relato lleno de paseos por lugares preciosos, baños en la playa y deliciosas gambas a la plancha!

Mi viaje se detuvo en Rincón de la Victoria

Al llegar a Rincón de la Victoria, me instalé en un área de autocaravanas muy bien equipada y acogedora. En teoría, pensaba seguir hasta Cádiz, pero el calor y que en este lugar me encontraba cómodo, decidí prolongar mi estancia para publicar el numeroso contenido de mi viaje y preparar el viaje, en septiembre, a Colombia 🇨🇴.

Esta área está en una urbanización rodeada de naturaleza y a pocos pasos del mar, ofrecía todas las comodidades necesarias para disfrutar de una estancia prolongada. Desde el primer día, el clima soleado, noches frescas y las aguas del Mediterráneo me dieron la bienvenida.

Nacho y su familia, que gestionan este negocio son muy agradables y empáticos, desde el primer día tuve muy buenas vibraciones con Katy, su madre, dado que él estaba de vacaciones, al llegar él, continuaban mis buenas sensaciones.

Mis mañanas comenzaban con un paseo por el Paseo Marítimo de Rincón de la Victoria, un sendero que serpentea junto a la playa y ofrece unas vistas espectaculares del mar. No hay mejor manera de empezar el día que con la brisa marina acariciando tu rostro y el sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla. Durante mis caminatas, descubrí pequeños chiringuitos donde disfrutaba de un café mientras observaba a los locales y turistas disfrutando del sol.

Es curioso que terminase parando en este lugar, por su nombre, algo que no estaba previsto, mi viaje es una aventura y ya llevaba dos meses de viaje con mi Mini Camper y el Proyecto Ermitaño, en solitario y con el objetivo de hacer kilómetros por la costa española.

Desvirtualizando a un amigo de Redes Sociales

Uno de los momentos más emocionantes de mi viaje y que no esperaba, fue la llegada de un amigo, de Valencia, que conocía de redes sociales. Pau y yo decidimos que era el momento perfecto para conocernos en persona, así que acordamos que él volaría hasta Málaga y yo lo recogería en el aeropuerto. La emoción y el nerviosismo estaban a flor de piel cuando lo vi salir al Parking del Aeropuerto.

El trayecto desde el aeropuerto hasta Cala del Moral, donde él había alquilado un apartamento, estuvo lleno de risas y anécdotas compartidas. Fue increíble ver cómo una amistad virtual podía transformarse en una conexión tan real y auténtica. Decidimos que me instalaría con él, en el apartamento, dado que ya conocía el lugar y llevaba casi un mes por allí, le serviría de guía. De forma que comenzamos a explorar juntos los alrededores, disfrutando de cada rincón que descubríamos.

Explorando Cala del Moral y su encanto

La aventura no estaría completa sin conocer Cala del Moral, un pequeño paraíso a solo unos minutos de Rincón de la Victoria y de la Torre de Benagalbón que era donde yo me encontraba.

El apartamento, situado a pocos metros de la playa, nos ofrecía una vista impresionante del mar desde la estupenda terraza que tenía, aunque había distancia, utilizaríamos mi Cocherito para llegar a la playa, ya que nuestra ubicación estaba separada de la playa por una enorme cuesta. ¡Era el lugar perfecto para relajarse después de un día de exploración!

Cala del Moral tiene un ambiente tranquilo y acogedor, ideal para paseos relajantes por la playa y baños en sus aguas cristalinas. Pasamos tiempo caminando por la orilla y disfrutando del sol.

La delicia gastronómica del Restaurante Maribel

Durante nuestra estancia, no podíamos dejar de lado la gastronomía local. Uno de los puntos culminantes del viaje fue la visita al restaurante Maribel, se hizo famoso, para nosotros, por sus gambas de la caleta a la plancha. Situado en un lugar privilegiado, ofrece no solo una comida excepcional, sino también unas vistas maravillosas del mar.

Las gambas a la plancha eran simplemente exquisitas. Con un sabor delicado y una textura perfecta, cada bocado era un pequeño festín para los sentidos. El ambiente del restaurante, con su atmósfera acogedora y el amable personal, hizo que nuestra experiencia fuera aún más especial. ¡El restaurante Maribel se convirtió en nuestro lugar favorito para comer!

Ruta de los Acantilados de la Cala – Rincón de la Victoria

Rincón de la Victoria y sus alrededores están llenos de rincones encantadores por descubrir para el turista, pero uno de los paseos más impresionantes que hicimos fue la Ruta de los Acantilados de la Cala. Este sendero, que conecta Rincón de la Victoria con La Cala del Moral, ofrece una caminata espectacular, a través de pasarelas de madera y escaleras, si quieres, o por los túneles del antiguo tren, a lo largo de la costa, con vistas que te dejarán sin aliento.

Comenzamos nuestra caminata temprano por la mañana para aprovechar la frescura del día y evitar el calor del mediodía. La ruta nos llevó por las pasarelas que bordeaban acantilados imponentes, con el mar azul extendiéndose hasta donde alcanzaba la vista. A cada paso, el paisaje se volvía más impresionante, con formaciones rocosas esculpidas por el viento y el agua durante siglos.

Hicimos varias paradas en miradores naturales desde donde pudimos tomar fotografías impresionantes y disfrutamos del entorno. La brisa marina y el sonido de las olas chocando contra las rocas creaban una atmósfera serena y revitalizante.

La ruta también nos permitió descubrir la flora y fauna locales. Observamos diversas especies de aves marinas y disfrutamos de la belleza de las plantas autóctonas que adornaban el paisaje. Cada tramo del sendero nos ofrecía una nueva perspectiva y nos recordaba lo afortunados que éramos de poder experimentar esta maravilla natural.

Baños en la playa y diversión bajo el sol

Por supuesto, un mes en la costa malagueña no estaría completo sin numerosos baños en la playa. Las playas de Rincón de la Victoria y Cala del Moral son perfectas para disfrutar del mar y el sol. Con sus aguas limpias y un tanto frescas para la época del año en que estábamos, estas playas son el lugar ideal para relajarse y desconectar del estrés diario.

Las mañanas se convertían en momentos mágicos mientras nos sumergíamos en el agua y disfrutábamos de la compañía mutua. No hay nada como la sensación de flotar en el mar bajo el cielo azul, dejando que las olas te lleven suavemente.

Conclusiones

El mes en Rincón de la Victoria pasó volando, pero cada día estuvo lleno de experiencias inolvidables y momentos de alegría. Desde las caminatas matutinas hasta las comidas en el restaurante Maribel, pasando por las exploraciones en Cala del Moral y los baños en la playa, cada instante fue un regalo.

La oportunidad de conocer en persona a un amigo de redes sociales y compartir esta aventura con él añadió una dimensión especial a mi viaje. Las risas, las conversaciones y los descubrimientos que hicimos juntos hicieron que este mes fuera aún más memorable.

Al final de mi estancia, nos despedimos con el corazón lleno de gratitud y la promesa de encontrarnos de nuevo en Valencia. Este rincón de Málaga, con su encanto y belleza, se convirtió en un hogar temporal que siempre recordaremos con cariño. Y mientras yo marchaba para Murcia, sabíamos que, más allá de los lugares visitados, lo más valioso que llevábamos con nosotros eran los lazos de amistad fortalecidos y los recuerdos compartidos.

Rincón de la Victoria y sus alrededores nos enseñaron que las mejores aventuras son aquellas que se viven con el corazón abierto, dispuestos a descubrir y a disfrutar de cada momento.

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